Hay muchas cosas que Emma Marina no recuerda de su madre, que murió cuando ella tenía doce años. Pero de lo que sí se acuerda es de las historias que su madre le contaba sobre el gran lago que parecía no tener fin, de agua fría y cristalina y con árboles cubiertos de musgo en las orillas.
Ahora solo están Emma y su padre y viven una vida tranquila, aunque bastante predecible. Hasta que, inesperadamente, Emma tiene que pasar el verano con su familia materna, a la que no ha visto desde que era pequeña.
Cuando Emma llega a Lago Norte, se da cuenta de que en realidad está formado por dos comunidades completamente distintas. Su madre se crió en el Lago Norte de clase trabajadora, mientras que su padre pasaba las vacaciones en el Lago Norte que constituía el lugar de veraneo de las clases pudientes. Cuanto más tiempo pasa allí, más consciente es de que también ella está dividida. Para su padre, es Emma. Pero para su nueva familia, es Marina, como siempre la llamaba su madre.
El suyo será un verano de autodescubrimiento, de secretos familiares y del primer amor